lunes, 14 de julio de 2014

La ironía en la clase de ELE

¿Quieres entender cómo funciona la ironía en español? ¿Quieres conocer diversas actividades que se pueden llevar a la clase de español como lengua extranjera? En el siguiente vídeo explico de manera pormenorizada dichos aspectos. La conferencia se impartió en el VIII Foro de profesores de E/LE, celebrado en Valencia los días 24 y 25 de febrero de 2012. La presentación en powerpoint se puede ver aquí

martes, 3 de junio de 2014

La Teoría General del Humor Verbal y los monólogos de Eva Hache





Para explicar el humor en español nos apoyamos en la Teoría General del Humor Verbal, propuesta por V. Raskin y S. Attardo y las precisiones llevadas a cabo en Ruiz Gurillo (2012). Esta teoría permite identificar un texto como humorístico si presenta los siguientes recursos de conocimiento: 

-Muestra oposición de dos guiones, donde el primero se muestra incongruente con el segundo.
-Se apoya en mecanismos lógicos, como los basados en relaciones sintagmáticas o en razonamientos.
- La situación contribuye a comprender el humor.
-Hay un blanco hacia el que se dirige la burla.
-Se fundamenta en una estrategia narrativa.
-Contiene un lenguaje, esto es, unos elementos fónicos, morfosintácticos o léxicos que sustentan el humor. 

Estos recursos de conocimiento, ordenados jerárquicamente, determinan si el texto es humorístico o no. Así, los monólogos humorísticos son textos principalmente narrativos que contienen ganchos y un remate final. De acuerdo con la propuesta de Attardo (2001) y (2008), los ganchos son enunciados humorísticos que pueden darse en cualquier lugar del texto y están completamente integrados en la narrativa en la que aparecen. Por su parte, el remate cierra el texto humorístico. Los monologuistas suelen apoyarse su ganchos en marcas e indicadores de humor (Ruiz Gurillo, 2012; Ruiz Gurillo y Alvarado Ortega (eds.), 2013). Las marcas son elementos que ayudan a interpretar el humor, entre los que se encuentran las pausas, la intensidad de la voz o las risas. Los indicadores son elementos de por sí humorísticos, como la incongruencia que se produce a menudo usando una palabra polisémica, la fraseología, etc.

Pueden explicarse estos aspectos a partir de un fragmento de un monólogo humorístico de Eva Hache. En él la monologuista habla de una amiga que le ha pedido más seguridad a su pareja:





(1)
Eva Hache: estoy un pelín preocupada porque tengo una- una amiga que ha discutido con su novioo ¡bah! por una tontería/ resulta que ella le dijo que había llegao un momento de su vida en que lo que necesitaba era alguien que le diera seguridad
Público: RISAS
Eva Hache: y éel/ pues le ha puesto un guardia jurao y un perro
Público: RISAS
Eva Hache: no se refería a eso (El Club de la Comedia, LaSexta, 22 de enero de 2012).


El fragmento desarrolla un gancho humorístico que se fundamenta en los diversos recursos de conocimiento explicados por la Teoría General del Humor Verbal. Este gancho viene constituido principalmente por el enunciado “lo que necesitaba era alguien que le diera seguridad”. En primer lugar, la monologuista pone en marcha dos guiones que se oponen, en concreto, el guión en el que se interpreta seguridad como estabilidad en la pareja y aquel que permite comprender seguridad como seguridad física. Estos dos guiones se apoyan en un mecanismo lógico, en concreto, en el razonamiento que lleva al oyente a establecer conclusiones desde premisas falsas, como interpretar seguridad de manera física. Dichos guiones se oponen y el público ha de resolver la incongruencia que se produce entre lo que han interpretado al oír en ese contexto por primera vez la palabra seguridad y lo que finalmente interpreta Eva Hache. La situación, es decir, el hecho de tratarse de un monólogo humorístico dramatizado ante un público en la sala, facilita la interpretación. Además, este gancho va dirigido hacia la pareja de su amiga que se convierte en el blanco de la burla. En este proceso ayudan tremendamente las estrategias narrativas, ya que la monologuista, al contar la historia, también está colaborando en la interpretación humorística. Evidentemente, el lenguaje, y especialmente el uso intencionado de una palabra polisémica como seguridad, contribuye a desencadenar los efectos humorísticos que persigue este gancho, como observamos, por ejemplo, en las risas del público.

Referencias bibliográficas:
Attardo, Salvatore 2001a. Humorous Texts: A Semantic and Pragmatic Analysis. Berlin: Mouton de Gruyter.
Attardo, Salvatore 2008. “A primer for the linguistics of humor”, in Raskin, V. (ed.). The Primer of Humor Research. Berlin, Mouton de Gruyter: 101-155.
Ruiz Gurillo, Leonor 2012. La lingüística del humor en español. Madrid, Arco/Libros.
Ruiz Gurillo, Leonor. 2013: “Narrative strategies in Buenafuente’s humorous monologues”. En Ruiz-Gurillo, Leonor; M. Belén Alvarado-Ortega eds. Irony and Humor: From Pragmatics to Discourse. Amsterdam: John Benjamins, págs. 107-140.
Ruiz Gurillo, Leonor; M. Belén Alvarado Ortega eds. (2013): Irony and Humor: From Pragmatics to Discourse. Amsterdam: John Benjamins.

miércoles, 16 de abril de 2014

Jueces garzonitas

El juez, Baltasar Garzón, pronunció el pasado lunes, 14 de abril, una conferencia en la Universidad de Alicante sobre el futuro de la justicia universal en España y las repercusiones que tiene la reciente aprobación en el mes de marzo de la modificación a la Ley Orgánica del Poder Judicial, que elimina la capacidad que tenían los jueces españoles de investigar crímenes de lesa humanidad cometidos fuera del territorio nacional. Durante la misma, el juez mencionó que algunos medios, entre los que se encuentra el programa El gato al agua de 13TV, dirigido por Antonio Jiménez, han calificado  de "jueces garzonitas" a aquellos, como el juez Pedraz,  que no han acatado esta ley y que han seguido adelante con los casos de lesa humanidad que tenían abiertos. El paso de nombre propio, Garzón, a nombre común, garzonismo, y la consecuente conversión adjetiva, garzonita, es el paso habitual de que la lengua dispone hacia la inmortalidad. Así ha ocurrido con grandes hitos de la literatura como Cervantes, Juan Ramón Jiménez o Dante, que han originado los términos valorativos cervantino, juanramoniano o dantesco. Pese a la seriedad del tema abordado en la conferencia, conviene poner una pizca de humor, como hizo el orador, y convertir en algo general el hecho de que los jueces españoles no acaten una ley que, como apuntó el conferenciante, no respeta las leyes internacionales.

martes, 11 de febrero de 2014

El Intermedio bate todos sus récords

Ayer, 10 de febrero de 2014, el programa presentado por El Gran Wyoming, El Intermedio, batió todos sus récords de audiencia anteriores y consiguió casi tres millones de espectadores (13'7 % de share). El tema prometía, la declaración de la infanta ante el juez Castro como imputada. 
El tratamiento paródico y humorístico es lo que atrae a más telespectadores. Ahora bien, cabe tener en cuenta que el programa se ha vuelto en los últimos tiempos más reflexivo e informativo que paródico. Así, sin olvidar su esencia, enfatiza la información. De hecho, cualquier telespectador puede informarse de lo que ha ocurrido durante el día siguiendo el programa y la narración de los hechos de Sandra Sabatés. 
Aunque parece que el humor va teniendo menos peso específico en el programa, es, sin duda, el hilo conductor y el hecho que caracteriza al género como parodia informativa. 
De este modo, la imputación de la infanta y la falta de medios técnicos y materiales de los juzgados de Palma propició una buena cantidad de ganchos, basados en diversas unidades fraseológicas. El Gran Woyming presenta la noticia como "el modernísimo proceso de archivado de uno de los procesos MÁS importantes de nuestro país". La imagen muestra una caja que contiene el anexo 73 del caso: 


Como se puede observar, la caja es de una panadería, lo que facilita que se empleen diversas unidades fraseológicas desautomatizadas: 
"En otras palabras, si se abre esa caja se descubre el pastel" (entre risas).
 "En otras palabras, archivar así es pan para hoy y hambre para mañana" (entre risas).
"En otras palabras, en ese juzgado no está el horno para bollos" (entre risas).


lunes, 13 de enero de 2014

El ministro Wert, un portento de educación

Así se calificó así mismo ayer, 12 de enero de 2014, en la entrevista que le hizo en el programa El objetivo Ana Pastor. La periodista intentó que aclarara la frase que pronunció en Antena 3 el 22 de octubre pasado, al ser preguntado sobre su actitud en el parlamento. En aquella ocasión respondió: "Yo en el parlamento soy un portento de humildad, de educación". Tras la polémica que suscitaron estas palabras, unidas a la controversia de la LOMCE y su reciente aprobación, Ana Pastor pidió al ministro que explicara el sentido de su enunciado. José Ignacio Wert aludió al sentido irónico de sus palabras. 
Si hemos de hacer caso a esta última aclaración, el ministro estaba siendo irónico cuando se refería a su actitud en el congreso de los diputados. Por ello, usa como marca la entonación y como indicador el sustantivo portento. Según las inferencias que se derivan de esta ironía, entendida como prototípica, ha de interpretarse que el ministro no es un portento de educación ni de humildad, es decir, que no es educado ni humilde. Ahora bien, convendría considerar otras interpretaciones ya que, dado el contexto en el que se produjeron las declaraciones y la muy discutida ley Wert, el ministro posiblemente quiso llevar a cabo una ironía mucho más elaborada, donde funcionaban como ecos sus altos resultados académicos a lo largo de su formación y su cuestionada humildad a la hora de valorar los argumentos esgrimidos en contra de la ley desde la mayor parte de las esferas sociales. Si la ironía, como dicen los clásicos, reside en el destinatario y solo puede ser entendida por las personas cultas, Wert sigue poniendo el blanco de la burla en todos aquellos que lo critican y sigue defendiendo su discurso a favor de la ley. Convertida así en una ironía no prototípica, se ha de interpretar como sarcasmo hacia la sociedad que se muestra en contra de una ley que no quiere.
Cabe señalar que de antemano el discurso de Wert está completamente estructurado. Así lo demostró en la entrevista de ayer, donde fue capaz de argumentar que no se había despedido profesores, cuando los datos hablan de 16.000 docentes menos en los centros, de defender que las becas universitarias ayudarán a los estudiantes sin recursos y de hacer suya la petición popular, respaldada por más de 300.000 firmas e impulsada por Elena Alfaro desde Change.org, de contar con un sistema de préstamo gratuito de libros en los centros.
La ironía fina de José Ignacio Wert nos ha deparado muchas inferencias puramente contextuales donde cabe manejar los indicadores y marcas que emplea, pero también los ecos, los entornos donde se producen los enunciados y aquellos hacia los que va dirigido el sarcasmo.